lunes, 17 de octubre de 2011

Democracia desde el Sur, Democracia para el Sur


Se trata en este espacio de hilar un razonamiento con el objetivo de analizar algunos cambios democráticos que están teniendo lugar en América Latina en los últimos años desde la perspectiva filosófica propuesta a continuación.

Así, partiremos de la propuesta liberal por antonomasia en el pensamiento político moderno de John Rawls que se fue conformando paralelamente al pensamiento de Habermars llegando a establecerse los dos como el binomio básico que dibuja el espectro del modelo democrático deliberativo.

Rawls ha construido su pensamiento siempre abierto a la crítica e introduciendo los diversos puntos de vista que se le enfrontan dentro de su compendio teórico. Así, no podremos comprender el liberalismo político sin remitirnos a su contexto dialéctico con el comunitarismo y sus diversos frentes de representación.

De esta forma iremos abriendo el objetivo de nuestra lente planteando críticas al modelo liberal deliberativo llegando incluso a plantear autores que abogan por la necesidad de superar este debate sujeto al escenario teórico moderno occidental y adentrarnos en enfoques propios de las realidades político-sociales que nos invita a analizar este texto.

La primera versión de la propuesta de John Rawls plasmada en su teoría de la justicia presenta al pensador como un renovador de la tradición contractualista de la sociedad que siente la necesidad de dibujar un nuevo compendio que legitime y haga recobrar de nuevo la vitalidad a la propuesta moderna de la democracia liberal. Su teoría de la justicia está conformada por elementos vitales que servirán de guía para el desarrollo de la misma.

La “posición original” nos recuerda a ese “estado de naturaleza” imaginado como condición de partida por los contractualistas. En este caso, este origen debe garantizar la absoluta neutralidad, que tanto eco Kantiano alberga en su seno, a la hora de hora de preguntarse sobre lo justo. El siguiente elemento vital en la teoría de la justicia es “el velo de la ignorancia”, condición necesaria para que la justicia como equidad. Ahora bien este constructo ficticio se presentará como la pieza clave para una fuerte línea de crítica para que pensador sea tachado de irreal y de obviar las condiciones materiales de vida. Por último podemos presentar la clasificación de bienes como primarios y secundarios como línea de base para establecer lo político y lo prepolítico.

Ahora bien, esta conformación de la teoría de la justicia que Rawls formuló en sus inicios fue duramente criticada por los comunitaristas que vieron en esta formulación una defensa a ultranza del individualismo asocial y del subjetivismo moral. Para llegar a dibujar el modelo propuesto por el filósofo primero presentaremos cuales fueron las principales líneas de ataque que el autor tuvo que recoger para reformar su propuesta y dar a luz al todavía vitalísimo “liberalismo político”.

Charles Taylor plantea una crítica de fondo en la que acusa al autor de hacer primar las teorías de la justicia sobre las del bien. Michael Sandel critica el modelo de persona que se esconde detrás de la propuesta de Rawls al defender que no tiene fines ni objetivos. Aquí se muestra la raíz realmente comunitarista al plantear que estos fines han sido dados a la persona por su comunidad y son esos fines de los que el liberalismo quiere prescindir con su ansiada neutralidad. Así, para Sandel, la propuesta de Rawls adolece de individualismo asocial y subjetivismo moral. Por otro lado Walzer no acepta el modelo redistributivo que Rawls plantea tras su excesivo reduccionismo en su clasificación de bienes.

Son críticas que el autor recoge y reintroduce a su teoría para renovarla y dar a la luz su “liberalismo político”. Un modelo claramente procedimental desde el punto de vista ético. Se trata ahora de un salto cualitativo en la propuesta de Rawls al poner en el “consenso entrecruzado” y en la “razón pública” el punto de enfoque de su modelo. Así se trata de separar la visión doctrinaria u omnicomprensiva de la política, de manera que mediante la asimilación de las diferentes concepciones del bien podamos hacer uso de una verdadera razón pública que garantice la gobernabilidad democrática.

La razón pública, que parece levantarse como alternativa a la razón comunicativa de Habermars, se presenta como la necesidad de reconocer previamente a la acción política la pluralidad de visiones acerca del bien. Desde este punto de partida, donde lo prepolítico se soluciona como por arte de magia debido al entrecruzamiento de visiones omnicomprensivas, desde el que se puede plantear una propuesta democrática estable y respetuosa con el ciudadano, que dicho sea de paso es uno e igual en libertad a todos los demás (base del liberalismo). Ciudadano cuyo único papel dentro de esta racionalidad es tan solo ejercer de controlador de que la institucionalidad jurídica garantice esta pluralidad .

Se trata de ir conformando una cultura política donde el conflicto entre visiones del bien se sustituya por la necesidad de convivir en paz. Al final, se trata de que la competencia prime sobre la regulación, solo que en términos políticos, la propiedad no existe para esta visión que no ve en la dominación ni en las relaciones de poder algo más que algo prepolítico.

En general, el comunitarismo, corriente más que heterogénea y que es asimilada como propia por pocos de los autores englobados en la misma, mantiene un punto vital en común y es la necesidad de retomar el aspecto social de la formación del ser humano. Vienen a plantear que el individuo solo lo es la medida que interactúa con su comunidad, por lo que su conformación como ciudadano debe estar en función de estos orígenes, por lo que cualquier propuesta teórica que aísle al ser humano en la cápsula de individuo libre, sin mención a su entorno social, esta basándose en una irrealidad que es consecuencia de la primacía del individualismo propio de modernismo y su proyecto liberal. Por eso se retoman corrientes medievales o clásicas para volver a poder al ciudadano en la comunidad. Esta corriente en algunos de sus representantes, como veremos más delante de manos de MacIntre, plantea el retorno a Aristóteles y la superación del debate con el liberalismo con la consecuente superación del modelo moderno. Abriendo las puertas de frente a la construcción política postmoderna.

Ahora bien, el diálogo entre liberalismo y comunitarismo sigue vivo y las críticas al modelo de Rawls no carecen de fundamento. Resulta profundo y enriquecedor analizar al liberalismo político desde la óptica del poder y sus relaciones de conflicto.

Varios comunitaristas han centrado la crítica a Rawls en lo que han venido a llamar el “síndrome de Platón” que no es otra cosa que la no aceptación de la realidad política por su desagrado frente a la imperfección moral de las relaciones de poder entre los hombres. Esta visión que exhorta al liberalismo político a abrir los ojos al conflicto viene dejando tinta de manos de autores como Mouffe, Rodríguez y Sachettino.

El conflicto no existe o es ocultado en el liberalismo político, en nombre del neutralismo objetivo se obvian relaciones de poder y de dominación que están íntimamente ligadas a lo que el autor se ha empecinando en esconder en lo prepolítico. Por lo tanto su propuesta procedimental se olvida de un elemento más que necesario en cualquier proceso democrático, el conflicto . Conste en este aspecto que la única manera de hacer una democracia inclusiva y realmente participativa es visibilizar el conflicto. El liberalismo clásico y el neoliberalismo actual han mostrado su marcado carácter excluyente y si el conflicto entre visiones de fondo no es tomado con la importancia política que tiene, no nos arriesgamos mucho al afirmar que la justicia del sistema propuesto no es para todos.

Aquí hay una conexión que nos vuelve a llevar al estandarte paralelo de pensamiento moderno de Rawls. Habermars criticó duramente que lo que en un principio debiera ser una teoría de justicia acabo convirtiéndose en un legitimador del status quo donde las injusticias son ignoradas en nombre lo político. Nada garantiza que esa supuesta imparcialidad pensada por Rawls como condición para su proyecto democrático sea posible. Ahora bien, valga la pena decir que la propuesta de Habermars no va mucho más allá. Reconoce el conflicto dentro de su racionalidad comunicativa, pero su propuesta de acción no deja de quedarse en la deliberación.

En este aspecto, parece ser que Rawls y Habermars tienen mucho más en común de lo que a primera instancia parece. En primer lugar ambos plantean una propuesta procedimental donde el bien como tal es supeditado a los justo o a lo práctico . Queda claro pues que cualquier requerimiento de carácter normativo tiene su razón de ser a ambos autores. Si bien la propuesta procedimental de Habermars da más peso a la praxis política, Rawls da más importancia a la institucionalidad y su peso en la vida política, lo que presenta una curiosa complementariedad entre ambos autores . La relación entre razón pública y razón comunicativa quizás tenga su origen en el republicanismo clásico, entendido cada uno a su manera. Ambos autores ven en lo público el campo prioritario para la política, lo que no les hace dejar de ver al ciudadano como individuo, sin ser constitutivo en su persona la pertenencia a una comunidad.

Llegados a este punto y con la necesidad de pincelar algunos análisis políticos de la realidad actual de América Latina no podemos dejar de recoger al ya nombrado MacIntre, otro “reconocido” comunitarista que retoma la tradición aristotélica para críticar al liberalismo al no otorgar al ciudadano el completo carácter político de su “naturaleza humana”. Se trata aquí de abrir la mente y volver de nuevo a la revisión de los clásicos de la mal llamada tradición occidental para ver que el modernismo nos ha llevado por un camino donde el individuo es el centro de la cosmovisión hegemónica.

Retomando los orígenes premodernos o construyendo propuestas postmodernas, se trata de contextualizar y no sobredimensionar el debate liberalismo-comunitarismo . Se trata de acercar el pensamiento filosófico a su realidad política y no de acoplar realidades políticas a pensamientos filosóficos que imperan en el circuito dominante.

En este sentido, dos referentes que pueden aportar a esto de la justicia social y que no podemos dejar de estudiar. Uno desde la óptica de la reflexión filosófica con gran carga materialista como es Enrique Dussel y otro desde la óptica de la epistemología del sur y la refundación de la institucionalidad como es Boaventura da Soussa.

Dos perspectivas que creo aportan a la hora de pensar la democracia en nuestros países ya que su punto de partida es más realista. No es que Rawls y Habermars no valgan aquí, es que darle validez y peso a estas corrientes en nuestros países refuerza la visión de que las democracias occidentales son el modelo a seguir, y esto necesariamente conlleva todo un entramado institucional y económico adjunto si nos fijamos en la historia reciente.

Sin irme muy lejos, en República Dominicana ambos paradigmas de racionalidad tienen mucho sentido desde el punto de vista teórico. Pensando en Rawls, aquí hay un gran camino que recorrer a la hora de pluralizar las ideas del bien, que parecen en manos exclusivas de la iglesia, el blanco y el FMI. Pensado en Habermars, el trabajo es máximo en un país donde para realizar una concentración ciudadana en la calle tienes que solicitar autorización al ministerio de policía si no quieres ser víctima de la represión estatal. Desde ambas ópticas la democracia en República Dominicana es de una calidad pésima, pero resulta que, de igual manera, ambas visiones deliberativas de la democracia sirven igual para el poder dominante del país a la hora de legitimar la violencia estructural que vive el país.

En nombre de la institucionalidad y de la justicia, (Rawlsiana) el día 15 de Octubre se desalojó a más de 50 familias de sus hogares, con orden judicial en mano, bajo supervisión y militar. Durante el proceso activistas y defensores de los excluidos fueron tiroteados llegando incluso a herir a un diputado del congreso nacional alineado con los pobres.

En nombre de la deliberación democrática, (habermarsiana) se abren espacios en medios de comunicación para que discursos altamente elaborados y con gran análisis por detrás , sobre por ejemplo la necesidad de aumentar la inversión en educación, debatan con la más insultante demagogia de políticos que apenas saben leer.

Llamemos a las cosas por su nombre, en Europa donde el capitalismo suavizado por la socialdemocracia ha permitido la floración de una masiva clase media y de un estado del bienestar, las tesis de Rawls y de Habermars pueden inspirar acción política con capacidad real de cambio, pero en América Latina donde la pobreza y la exclusión son la base social principal y la ciudadanía todavía lleva siglos construyéndose, tienen más sentido otros discursos a veces tildados de populistas ( en el mejor de los casos ).

Resulta curioso que donde más fuerte se presentan estas corrientes “occidentales” de pensar la democracia, más polarizado está el espectro ideológico, más radicalizada la participación política y más viva la mafia y el narcotráfico. Celebremos la corriente de cambios que va recorriendo América Latina, corriente con variantes y referentes bien claramente posicionados. Brasil para la socialdemocracia y Venezuela para el socialismo. Celebremos la revitalización de la izquierda en América Latina.

Pensemos a liberales y comunitaristas, pero siempre con la visión de que una epistemología del sur lleva mucho tiempo por aquí y que nuevos modelos estatales están comenzando a jugar con ella, frente y desde el poder.






jueves, 22 de septiembre de 2011

Habermars: Vanguardia Crítica del Modernismo




Centraremos el inicio en la visualización del texto "Ciencia y técnica como ideología" como el prisma fundamental que visualiza el entramado de intereses que existen detrás del modelo positivista y de acción racional de la modernidad que el autor critica. Desde este punto de vista es que el autor pretende comenzar a asentar las bases de lo que, desde su punto de vista, representa una nueva lógica tanto de pensamiento como de acción política.
Por un lado revitaliza el espíritu crítico al proponer un análisis material del pensamiento político y del mundo de la vida y, por el otro reinventa la acción, no en base a fines, sino más bien en base a criterios comunicativos que permitan un desarrollo democrático de la acción política. Incluso propone un modelo normativo que valide las propuestas comunicativas de cada actor político.

Sin duda que en la globalidad, el colchón ideal y material que la racionalidad comunicativa proporciona a la lucha por la justica social permite una revitalización democrática, revitalización más que necesaria tras el sufrimiento que el modelo liberal-representativo a puesto en manos de los intereses hegemónicos desde hace más de dos siglos.

Ahora bien, hay dos líneas por las que podemos entrar a discusión con el modelo de Habermars. El primero de ellos nos remite a la realidad de la acción política. En varios pasajes de los textos estudiados se puede entender que la lucha social actual debe encaminarnos hacia la apertura de nuevos espacios comunicativos donde las propuestas de justicia social puedan contraponerse a la visión hegemónica del poder. Ahora bien, esta línea de trabajo puede llevarnos hacía la más que conocida máxima política que encontramos en muchos de nuestros países "Ustedes hablen, hablen que nosotros decidimos". Desde este punto de vista el modelo deliberativo puede caer en una actitud contemplativa de las relaciones opresoras. Somos conscientes, aun así, que el fuerte habermarsiano es justamente plantear una lógica de actuación por lo que no podemos acusarle de desincentivar a la acción política real, la lucha por el poder. Quizás esta divergencia nos lleve a presentar a la democracia deliberativa en una categoría distinta a la real, ya que la lucha por esta última puede darse en el marco de la primera.

Esta línea de discusión nos lleva al segundo y viene de la mano de quienes ven en Habermars un continuador más de la tradición moderna. Crítico pero moderno. Así los pensadores postmodernistas comienzan a ver la necesidad de construir una realidad política desde cero. Abren el paso a la imaginación social a la hora de pensar cuestiones tan fundamentales como el estado o la democracia. Esta corriente que tanto se respira en Boaventura da Sousa Santos, plante la necesidad de reinventar el estado y la democracia y crítica fuertemente al modelo de pensamiento moderno, del que Habermars no se escapa. No olvidemos que Habermas analiza y piensa la sociedad desde un modelo capitalista avanzado donde el bienestar ha sido proporcionado por el estado pero con el permiso del capital. Si el punto de partida de nuestro análisis es la periferia y no el centro del sistema el proyecto moderno pierde validez, más cuando todo el acervo de pensamiento social sigue manteniendo el status quo.

Habermars sigue siendo actual, propone una acción política más que válida y que muchos seguimos a la hora de trabajar desde el movimiento social, más en países donde el debate democrático carece de base real. Países donde el concepto de ciudadanía apenas tiene calado en el imaginario de una sociedad cuyos derechos no existen tal y como están redactados en sus constituciones. Países donde el estado es débil y no llega a todo su territorio.

Desde esta óptica y siguiendo al modelo habermarsiano, nuestra acción política debe ir encaminada hacía la lucha por el poder, y rompiendo con el modelo clásico-moderno del partidismo podemos proponer una reforma estatal donde el entramado institucional abra la decisión política a la ciudadanía. Si el camino es la descentralización o la apertura de los centro de poder a los movimientos sociales, son dudas que el propio proceso deliberativo nos ira mostrando.

jueves, 25 de agosto de 2011

Colombia: Violencia estructural y Guerrillas renovadas




Se trata de exponer una visión de la guerrilla colombiana a la luz de la carta que el historiador Medófilo Medina le escribe al actual comandante de las FARC. Esta carta se nos presenta como una acción política que apunta hacía el establecimiento de un espacio comunicativo donde las dos caras de la violencia política puedan dialogar, condición necesaria para construir el camino de la paz.

Antes de centrarnos en algunos contenidos de la carta así como sus posibles implicaciones políticas considero útil enfocar el tema del conflicto desde una perspectiva muy concreta. Ambas partes son reconocidos actores políticos y así deben ser valorados a la hora de establecer un diálogo, a la misma altura. Es necesario ampliar un poco la mirada de aquellos análisis que mediante la fórmula “terrorismo” reducen una compleja realidad histórica mediante la constante deslegitimación del oponente al dueño del estado, con lo que luchan contra una realidad compleja con los mismos cañones que se pretenden silenciar. Quede claro que el camino hacia la paz no puede basarse en la derrota militar del oponente. El diálogo y la negociación política se presentan como la herramienta más eficaz para este tipo de situaciones. Aunque, refiriéndome al conflicto vasco en este caso, el mantenimiento del conflicto armada sea más conveniente para la supervivencia de políticas anticuadas y basadas en la ideologización del ciudadano mediante el miedo. Se trata de otra de las maneras de alienar o matar el espíritu crítico de la democracia.

En primer lugar podemos establecer que la actual situación de violencia que vive en Colombia no es algo nuevo, es más, se remonta en las primeras décadas del siglo XX, cuando las tensiones entre liberales y conservadores normalizaron a la violencia como un elemento más de la cultura política Colombiana. De ahí al surgimiento de las guerrillas comunistas pasa medio siglo. En 1949 ven la luz las FARC como una acción política que responde a unas realidades históricas muy concretas. De lo que se trata es de poner el acento en el hecho de que la violencia política que en la actualidad sufre Colombia es el resultado de unas realidades históricas que van más allá de las aspiraciones políticas de un grupo social u otro. Sino más bien está relacionada con el modelo de estado nación que se ha venido forjando y a elementos de injerencia imperialista, entre otros factores.

“…descubrimos que el fenómeno de la guerrilla no se explica por sí solo y tiene que ver con el propio desarrollo histórico de América Latina y de Colombia que están ligados a la construcción de la idea de Nación y de Estado, el cual en Colombia posee un origen formado en la violencia, en la exclusión y en la debilidad del estado.”

Más allá de las condiciones estructurales que fomentan el fenómeno de la guerrilla también considero oportuno repensar el término de “guerrilla comunista” o “guerrilla marxista”. Aunque en sus orígenes, su componente marxista y su praxis revolucionaria eran las notas distintivas de la guerrilla, no solo en Colombia si no en toda América Latina, no podemos decir que en la actualidad se mantiene el mismo carácter ideologizador que antaño. Más bien la guerrilla comienza a acumular base social y simpatía mediante su proyección como una opción de gobierno estatal válida.

“El primer cambio sustancial de las FARC ha sido su abandono de la ortodoxia marxista-leninista y sus sustitución por un envoltorio ideológico mucho menos rígido, etiquetado como bolivariano (…) Esta mutación desde una acción político militar de finalidad ideológica hacia otra en la que se presenta como un “gestor público alternativo ha sido decisiva para garantizar la supervivencia de las FARC como organización”

Las raíces de las FARC no solo se remontan en el tiempo si no que ya forman parte del imaginario político de una parte del pueblo Colombiano donde éstas se presentan como el verdadero poder que les rige, se trata de un poder para estatal más que consolidado cuya etiqueta de terroristas se le queda pequeña además de no aportar nada más al debate. Sin duda que han sido terroristas, pero el análisis realista del conflicto no ve en el terrorismo más que una modalidad de lucha armada más.

Valga decir que en la actualidad la praxis política armada carece de legitimación pero solo en estados fuertes donde el monopolio de la fuerza se ha consolidado en la cultura política. En Colombia sucede que este monopolio de la fuerza no ha existido en el imaginario real de los ciudadanos desde hace mucho tiempo, mucho mucho. La pregunta que debe hacerse la izquierda se encamina hacía la crítica de la violencia como método de lucha. Más cuando en países vecinos se han vivido situaciones electorales que han traído gobiernos progresistas sin la necesidad de enarbolar la violencia en la praxis política.

En este marco es donde podemos ver el contenido de la carta del historiador al comandante de la FARC, carta donde además de utilizar algunos recursos para desmereces el actuar de la guerrilla, en general, se abre un debate acerca de la memoria histórica que nos ha llevado a una situación en la que no podemos más que reconocer la urgencia y necesidad de finalizar el conflicto.

Esta carta es de vital circunstancia ya que surge en un momento muy concreto y de mucha presión militar hacia las FARC. De esta manera se abre un debate público muy necesario y que como resultado mínimo tendrá el dibujo de un espectro de actores reconocidos o no dentro del ajedrez que se jugará en los siguientes movimientos del conflicto.

Sin entrar en el contenido concreto histórico si que quiero recoger una cita con la que el historiador cierra la carta y hace hincapié en la necesidad de atacar a las causas estructurales que están detrás de este conflicto.

“A nuestro entender, el conflicto puede tener salida atacando las causas objetivas, mediante la realización de reformas políticas, económicas y sociales, que permitan mejoras las condiciones de vida y de trabajo de la población colombiana

Se trata de ver que el conflicto desde una óptica materialista y luchar contra las condiciones que sustentan la violencia estructural , así la pobreza, la desigualdad deben centrar nuestra atención pero en el caso colombiano hay un factor de producción que debe ser estudiado y situado en el debate político con total naturalidad y realismo.

El narcotráfico es la principal herramienta de financiación del grupo revolucionario y de alguna mafia que otra cercana a los poderes estatales. Hasta que no se vea en este negocio al principal enemigo de la ciudadanía y la justicia social no se podrá caminar en un conflicto que a veces se reduce a la distribución territorial de protectorados y áreas de cultivo de coca.




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1- Cazor, Yulyana. Burgoa, Loreto. Orellana, Alejandro. “Bases históricas de las guerrillas en Colombia” en Archivo Chile. Centro Estudios “Miguel Henriquez”
2- D. Ortiz, Román. “Guerilla y narcotráfico en Colombia” en “Cuadernos de la guardia civil” Revista de seguridad pública. Núm. XXII Año 2000.
3- Asocición Campesina del Valle del río Cimitarra. Encuentro nacional de comunidades afrodescendientes e indígenas por la tierra y la paz en Colombia “El diálogo es la ruta” en Carta Medófilo Medina al actual comandante de las FARC




viernes, 19 de agosto de 2011

Pensamiento Crítico: bebiendo de los Clásicos


Revisaremos los diversos autores y sus conceptualizaciones con el objetivo de dibujar un recorrido teórico que muestre las diferentes relaciones entre los diversos pensamientos que tratamos a continuación.

Acudiremos a los textos referidos para apoyar nuestra exposición que nos llevará a ver la propuesta de racionalidad comunicativa desde una visión crítica que hará hincapié en la escasa carga material de la propuesta de Habermars. Propuesta que desde la óptica del poder no potencia el elemento práctico en la acción política. Recuperaremos aquí aportes sobre la dialéctica reforma-revolución.

Pero para ello deberemos ver que elementos en común y que diferencias tiene con sus orígenes teóricos, desde el elemento crítico de Kant hasta el de la escuela de Frankfurt, pasando por la dialéctica Hegeliana, el materialismo de Feuerbach y el de Marx.

Podremos esbozar un caudal conceptual que nos lleve desde la razón ilustrada a la comunicativa pasando por la práctica y emancipadora. Paradigmas de racionalidad diferentes y compendios teóricos que dialogan entre si y que forman parte de la base filosófica del pensamiento crítico actual. Pensamiento que, desde ese pasado, debe afrontar un presente donde el postmodernismo ya se nombra por doquier y donde los principios materiales de la política comienzan a mostrarse destruidos por los valores ideales de la propuesta liberal que el capitalismo de Occidente ha hecho imperar por el globo.

Para comprender el colchón epistemológico del pensamiento crítico postmoderno que la escuela de Frankfurt nos ha proporcionado podemos remontarnos a su nexo con el pensamiento marxista que categorizaba el análisis social bajo la división del trabajo y conceptualizaba en torno a la alienación o la lucha de clases. Estos elementos aún vivos que ya encontramos en Marx forman parte de la principal herencia que el alemán nos ha dejado; el énfasis en el análisis de las condiciones materiales de la existencia, el materialismo histórico.

Este énfasis está detrás del análisis que ve como existe un esfuerzo de las clases dominantes en perpetuar las bases del sistema mediante la ideologización necesaria para que el mismo mantenga la división del trabajo y la propiedad de los medios de producción. Así es como la industria cultural aliena al trabajador.

La propuesta de racionalidad crítica de Frankurt se mantiene viva en la actualidad como paradigma análitico y parece que dialoga y se relaciona con otro paradigma, más normativo que analítico, en el que ya entraremos más adelante, la racionalidad comunicativa.

Ahora viraremos hacia el pasado para contextualizar el pensamiento marxista de manera que comprendamos mejor su aporte al pensamiento crítico actual y podamos renovar su lectura con los aportes que la ciencia social y política actual está produciendo. Sobre todo con el resurgir de la economía social frente a la crisis del neoliberalismo y con las propuestas que el socialismo del siglo XXI va introduciendo en la democracia material y en el lenguaje legitimador del sistema.

Marx bebió de una corriente de pensamiento, la occidental. Así como leemos su crítica dura al idealismo alemán con su fundamentalismo materialista podemos encontrar idéntica lógica dialéctica en ambos autores, Marx y Hegel.

Así como este materialismo es compartido con Feuerbach, Marx no duda en atacar su espíritu contemplativo, proponiendo la praxis emancipadora como desembocadura del análisis científico de las condiciones de vida material.

El elemento revolucionario del pensamiento Marxista se diluye en Frankfurt y parece que se recicla si hacemos una lectura radical del modelo de participación política que propone Habermars. ¿La revolución del lenguaje?

Después del recorrido nos queda preguntarnos qué puede juega en análisis del poder al debate. Podemos desarrollar la ortodoxa visión crítica del capitalismo bajo las categorizaciones económicas propias del marxismo pero si queremos mantenernos en esta ortodoxia nos veremos obligados a proponer una praxis social revolucionaria, aquí quizás es donde la propuesta comunicativa rompe con la raíz marxista del pensamiento crítico.

La lucha comunicativa y el modelo democrático deliberativo sin duda que mueven poderes y conlleva cambios en las condiciones materiales de vida, incluso Marx ve en el lenguaje un elemento esencial de la acción política del hombre, pero no rompe con la base del capitalismo, la propiedad privada y la división del trabajo. Puede ser un camino, pero la realidad global exige una justicia social que está muy lejos de presentar niveles cercanos a la dignidad. Si bien, el profesor deja constancia del contenido emancipador que tiene el modelo de Habermars .

Quizás el modelo comunicativo haya diluido mucho la praxis marxista, a no ser que el lenguaje sea un medio para realizar la revolución. Sea como fuere, se deja constancia de la necesidad de articular ambas lógicas de lucha , relación que el mismo profesor reconoce a la hora de situar a la ciencia social crítica en su lugar .

Desde el pensamiento político se puede aportar respondiendo acerca del actual mayor aglutinador de poder: el estado. Este poder se muestra durísimo cuando el monopolio de la fuerza persigue intereses individuales y no comunitarios. Represión Chilena del último mes, guerrillas enquistadas en países donde el narcotráfico se ha introducido en el estado o el brutal feudalismo mantenido en algunas regiones de África.

Podemos pensar y repensar el constitucionalismo, revivir el poder constituyente necesario para poner en práctica lo que el análisis crítico denuncia, la existencia de condiciones de explotación que impiden la vida digna. Hay propuestas con un alto tono comunitarista revitalizando el socialismo y los valores alternativos a los impuestos por el capital. La lucha por el poder debe ser parte del pensamiento crítico y sin duda que los discursos legitimadores basados en bienes de la comunidad parecen estar aflorando como bases ideológicas de la nuevas victorias políticas de la izquierda. La defensa del agua, el petróleo o la naturaleza, así como el acceso a tierras cultivadas u ocupadas se presentan como el lado material de las luchas emprendidas por América Latina en nombre del SUMAK KAWSAY, PACHA MAMA, COMUNIDADES ORIGINARIAS. El lado ideal de la política.

Podemos pensar y repensar el estado, para que deje de ser la máscara vacía que el neoliberalismo ha ido diseñando para garantizar el status quo interclase y comience a presentar estructuras más democráticas, con espacios de participación real en la decisión política, con presencia y contenido político en sus acciones y sobre todo, un estado incluyente, donde las condiciones reales de existencia y las políticas sociales necesarias para la dignidad sean el horizonte.

Horizonte donde el crecimiento económico o el equilibrio presupuestario evoquen al sonido de un látigo en la espalda de un cantero egipcio.
























viernes, 15 de julio de 2011

Grecia, Europa, el capital virulento y el armario Latinoamericano




A primera vista la situación actual que vive Grecia y la Unión Europea se puede resumir como la consecuencia de supeditar la democracia política a la libertad de mercado que en esta etapa del capitalismo de los centros toma forma en el pillaje financiero. El precio, como en cualquier sociedad ideologizada por el neoliberalismo es el recorte del estado y de sus posibilidades de prestar servicios sociales. Por eso en Europa nos preguntamos sobre el futuro a corto plazo del estado del bienestar y de la democracia.


Antes de contestar las preguntas acerca del carácter de la Unión Europea, sus perspectivas a corto y medio plazo y de los aprendizajes para experiencias en América Latina, considero necesario marcar algunos hechos que nos situarán frente a la crisis actual con una perspectiva más crítica de la que los medios convencionales vienen a presentarnos.


En primer lugar tenemos que tener en cuenta que la causa principal de la actual situación ha sido el espíritu especulativo del capital financiero que encarnan las agencias de calificación del crédito. Agencias que han gozado de un poder superlativo sobre los estados europeos y norteamericano, estados donde la economía ha permitido la hegemonía del capital financiero. Agencias que mediante sus informes han puesto el precio a la deuda de los estados a su antojo. Agencias que tan solo representan los intereses privados de sus accionistas mayoritarios. Intereses individuales que, aunque concuerdan con visiones de la democracia liberal atentan contra los principios comunitarios y sociales de la ciudadanía en general.


Algunas visiones de analistas cercanos a la Unión Europea ven en la actual situación una guerra financiera en la que los intereses que representan al Dólar han intentado atacar al Euro en su propia casa. Curioso es ver como la compañía Goldman Sachs ( agencia norteamericana culpable de infectar al sistema financiero con sus hipotecas subprime ) fue una de las principales compradoras de deuda Griega desde 2002. Este apoyo pudo maquillar tras el equilibrio presupuestario una situación crítica de la economía real helénica hasta la actualidad donde la compañía yankee ha decidido atacar, no solo a este país sino a todos los periféricos de Europa donde la deuda está en sus manos. Goldman ganó 735 millones de euros mediante estas operaciones de compra de deuda Griega . Pero lo más curioso es ver como Mario Draghi, vicepresidente de la compañía durante esta etapa, ha sido recientemente seleccionado por la Unión Europea como el próximo presidente del Banco Central Europeo. Atención al poder del lobby financiero.


Al margen de los causantes y de la suciedad que brota de las entrañas del poder que está decidiendo el destino de las próximas décadas de Europa, tenemos que preguntarnos qué medidas existen para reaccionar ante esta crisis. Aquí encontramos un espectro que va desde la derechista posición de recortar el gasto público que solo beneficia al mercado y a este bote de sucios, o caminando hacia la izquierda podemos enjuiciar a los causantes como en Finlandia, pero por el medio existen multitud de medidas que plantearemos más adelante en los aprendizajes para las experiencias de integración en América Latina.


Amartya Sen hace hincapié en la necesidad de recuperar el espíritu democrático de la Unión Europea y pone la lupa en un hecho crucial para la pérdida de soberanía de los estados en materia económica:


“Mi preocupación sobre el euro estaba en parte conectada con el hecho de que cada país iba a abandonar la soberanía sobre su política monetaria y los ajustes en la tasa de cambio de sus monedas”


A partir de aquí podemos afirmar que la Unión Europea es básicamente una unión económica desde sus inicios. Los ideólogos de la integración hacían hincapié en que con la economía se podría llegar en un futuro a la unión política. Esquema típicamente neoliberal que pone siempre el acento en poner a la fuerza del mercado a la hora de imaginar modelos sociales.


A día de hoy, el “acervo comunitario” en España, por ejemplo, legisla casi el 50% de las políticas nacionales. Esto es, un organismo internacional claramente antidemocrático legisla de manera comisionada sobre casi todo lo relativo al mercado productivo de los estados miembros, es más, mediante el pacto de estabilidad que ya está más que obsoleto se mantiene abierta la puerta para que los especuladores sigan poniendo el acento en el equilibrio presupuestario y no duden en engañar a los estados endeudando a sus ciudadanos. Lo que permite que un personaje como el de Goldman Sach llegue a ser el presidente del Banco Central Europeo.


Respecto a las sensaciones de cara a un futuro podemos ser algo optimistas al ver el auge de las movilizaciones en países periféricos que ya ven como la religión del crecimiento económico es una mentira más y que es necesario un estado fuerte que redistribuya la riqueza e invierta socialmente.


Ahora bien la derecha es muy hábil al hacer reformas que empequeñecen al estado y recortan derechos laborales y sociales para que los ladrones puedan seguir dominando. Para esto es más que necesario regular, controlar e incluso castigar a los culpables de la actual situación. A ver si seguimos el ejemplo de Finlandia, la ciudadanía Griega lo tiene claro y sus calles hablan solas, solo que el poder del lobby financiero parece que ya ha mermado mucho el poder ciudadano.


Por el lado de los analistas se comenta que vendrá un período de 5-8 de ajuste estructural y cambios radicales en los modelos productivos con un control moderado sobre el mercado financiero, apoyándose sobre todo en la venta de deuda a los centros del capital no virulento, donde China tiene un papel fundamental que ya está jugando a nivel internacional. Veremos que surge.


A la hora de mirar posibles aprendizajes para la América Latina lo primero que tenemos que ver son los caminos que los procesos de integración regionales están teniendo mayor proyección. Aquí se hace un apuesta clara por UNASUR como entramado con mayor potencial de institucionalización, ahí es donde la justicia social creo que debe echar la lucha.


En medidas concretas seremos muy sistemáticos.


El principio de la integración regional no debe ser lo económico, sino lo social. Para ello lo primero es generación de mercado interno y mayor recaudación de los estados que vienen de una etapa neoliberal donde se ha consolidado una clase dominante que no paga impuestos ni a punta de pistola. Hay ejemplo de socialización de la riqueza que en los últimos años ya se están dando.


Relativizar la ideología neoliberal y atacar sus principios políticos, económicos, jurídicos y filosóficos. Se trata de desarrollar un pensamiento crítico que tenga en cuenta las últimas décadas y sus consecuencias para la justicia social.


Siendo más concretos con la situación en Europa y Grecia como modelo de aprendizajes para Latinoamérica:


Cambiar el norte del crecimiento económico mediante la estabilidad presupuestaria y la deuda. Un déficit basado en la inversión social y la mejora de la productividad puede ser un crecimiento en un futuro a base de economía real.


Reforzar el estado mediante el aumento de sus ingresos y sus capacidades de implementación de políticas públicas, que ahora mismo domina el sector privado, tanto en lo lucrativo en lo relacionado al consumo como en lo no lucrativo en lo relacionado con lo social.


No reproducir la figura de la moneda única que al final lo que hace es posibilitar el acceso al control del mercado a intereses financieros que el devenir histórico lo único que nos ha mostrado es que han encontrado en periferias mercados para sus exportaciones a cambio de flujos de deuda. Deuda pública a cambio de tejido productivo basado la exportación.


Caminando un poco más hacia la izquierda, hay un aprendizaje que la propia América Latina puede dar a Europa, la judicialización de la de deuda ilegítima, que en el caso de Grecia puede ser una alternativa más que viable: justa.


En conclusión, la situación actual en Europa supone otra muestra de la hegemonía del neoliberalismo en la unión y pone el acento en la necesidad de radicalizar el posicionamiento de la izquierda que ya no encuentra en la socialdemocracia un estandarte con vitalidad ya que ha sido copado por el capital más virulento. La filosofía política tiene una ardua tarea y es la de desenmascarar el entramado teórico que sustenta el actual sistema cuyos principales principios son el individuo y su libertad. Principios que aplicados sin reflexión teórica ( desde el análisis de las relaciones de poder ) no redistribuye un poder que el estado de naturaleza distribuye por desigual. Se trata de darle materialidad a las ideas y dejar de construir compendios conceptuales que acaban por legitimar la violación de la justicia social.


Se trata de conseguir que las medidas que, desde los laboratorios del capital, se lanzan como inevitables se comiencen a ver como el mal y no como el remedio.


miércoles, 13 de julio de 2011

¿Más oxigeno para el proceso Bolivariano?







A la hora de intuir posibles escenarios tras la recuperación de líder de la revolución Bolivariana del siglo XXI creo útil que pensemos en varios frentes.


En primer lugar en lo relativo a su liderazgo. A primera vista se puede intuir que éste saldrá reforzado por varias razones. En primer lugar, el vínculo afectivo que lo unía con su base popular se revitaliza tras un peligro superado. De sobra es sabido que el populismo es la base de la acumulación política del líder venezolano. Populismo muy criticado por la oposición, crítica que debe relativizarse, ya que el populismo como modo de discurso aglutinador de masas no deja de ser una modalidad de marketing electoral, otra cuestión es cómo se gestiona el poder. El carisma del presidente se ha reforzado y ante las nuevas elecciones que tendrán lugar el año que viene esta variable debe tenerse en cuenta, tanto si él es el candidato como si no.

Este último dilema seguro que se lo ha planteado ya, tanto Chávez como la cúpula del PSUV, y sea de la manera que sea, sin duda que el actual presidente seguirá ejerciendo un liderazgo fuerte en el gobierno de la república.


La pasada situación ha sido un aviso para un político-militar que posiblemente deje de mantener tanta presencia mediática, por lo que su método de liderazgo deberá necesariamente virar hacia un modelo de poder más compartido donde nuevas figuras irán apareciendo a la palestra pública como conductores del proceso bolivariano.


Al margen del liderazgo y sus ramificaciones populares, mediáticas o electorales podemos preguntarnos cómo se puede ver afectada la gestión política de la revolución. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que desde que en 2007 Chávez perdiera el referéndum y tras la fuerte crítica que recibió incluso desde la izquierda en las posteriores leyes habilitantes, podemos aventurarnos a afirmar que la definición del socialismo de Venezuela no está en manos exclusivas del presidente. Esto tiene consecuencias acerca de la definición de la propiedad, del modo de intervención y control estatal de la economía, de la gestión de las políticas sociales y como no, de la proyección de la actuación internacional del que ha venido a situarse como el principal defensor del socialismo en el siglo XXI.


Si estas áreas de poder no son monopolio del presidente podemos afirmar que la enfermedad sufrida recientemente no hará sino reforzar el peso de decisores que no son Chávez. Vamos que no cambiará mucho. Esto tiene el riesgo de hacer seguir la inercia que viene dándose en relación al elitismo y burocratización del estado. Ahí tiene un papel fundamental el PSUV si es que quiere jugar el rol que se le pide al partido llamado a liderar la revolución.


Menos cambios se vislumbran en materia económica donde el petróleo seguirá siendo el patrón de desarrollo del país. Patrón que muchos economistas vienen criticando desde hace años alegando que es necesaria la diversificación productiva, más cuando existen fuerzas económicas opositoras al régimen actual que no dudarían en arrimar el hombro al proceso si recibieran ciertos empujes estatales.


La apuesta internacional no dejará de ser PETROCARIBE, el ALBA y el BANCO del SUR, entramado institucional que se presenta como la alternativa a la ofensiva neoliberal Yankee y Europea en muchos países del continente. Sin duda que la figura de Chávez a nivel internacional había cobrado mucho peso como símbolo, por lo que si la enfermedad no le permite seguir jugando el papel de “rojo con poder” en las arenas mundiales si podemos pensar que algo habrá logrado el cáncer del presidente.


En este sentido quizás sea más ilustrador preguntarnos sobre al actualidad de las políticas imperiales en América Latina a la luz de la fuerte crisis financiera, la necesidad de nuevos mercados reales, petróleo y ante el nuevo escenario que algunos se afanan en denominar pos-neoliberal.

En general considero que no muchos cambios de fondo en el proceso Bolivariano traerá la situación actual. Sin embargo si pienso que estamos frente a un momento idóneo para hacer frente a las múltiples líneas de crítica que existen para que el proceso triunfe, líneas que apuntan hacía la sostenibilidad y fortalecimiento de las políticas sociales actuales, la definición del socialismo Venezolano, la dependencia productiva del crudo y el excesivo liderazgo presidencial en la vida política.


La enfermedad de Chávez puede representar una oportunidad de oxigenación de la Revolución Bolivariana. Como anunciaba una escuela médica clásica, todo trauma requiere una apertura para su superación.



Esa apertura puede fortalecer la lucha por la justicia social.

















lunes, 23 de mayo de 2011

Vómitos Indignados






Pensamientos sobre el movimiento DEMOCRACIA REAL YA

Sobre lo que se resaltaría y hacia donde pudiera ir el movimiento




¿Qué es lo que más destacas de lo que se está dando en España?



El modo de convocatoria en primer lugar, no se trata de una movilización con un trabajo orgánico o de bases previo. El movimiento comenzó a verse por las redes virtuales hace un par de meses y se propagó como un virus. Esta modalidad de movilización virtual parece consolidarse como herramienta política con sus pros y sus contras. Llega a mucha gente pero el nivel de concienciación política del movimiento es mucho menor. En cuanto a la convocatoria también nos podemos preguntar quién impulsa, mucha gente se lo hace, desde la izquierda y desde la derecha. No considero lo más importante esto aunque sin duda que si buscamos el objetivo político a corto plazo que esta movilización tiene se vislumbran reformas electorales que permitirán a partidos minoritarios (tanto de izquierdas como de derechas) acceder a mayores cuotas de representatividad.

Lo segundo es lo heterogéneo del movimiento. Sin duda que los movimientos sociales son por definición heterogéneos y diversos, ahora bien, en el caso del 15M resulta curiosos que nos podemos encontrar entre los manifestantes ciudadanos situados en todo el espectro ideológico. Encontramos movilizadores anti sistema que encontraron en el lema DEMOCRACIA REAL YA una bandera que permite enarbolar los principios de la democracia directa y atacar de frente al liberalismo. En el otro extremo encontramos conciencias burguesas y capitalistas acomodadas que han salido a la calle demandando más socialdemocracia, hartos de ver como el estado de bienestar se derrumba ante el capital del siglo XXI han decidido mostrar su desencanto saliendo a la calle para exigir derechos sociales. Entre estos dos extremos ondulan espectros ideológicos de jóvenes y no tan jóvenes que han salido a la calle viendo como el sistema en el que hemos sido socializados con la llegada de la democracia a España resulta una ilusión tras la que comienza a verse al capital deshumanizador como el principal culpable.

Lo tercero que rescataría es el período en el que ha surgido el movimiento. Se declara desde un principio apartidista pero político y su contexto temporal es previo a unas elecciones en todo el territorio, de nuevo se puede observar como el principal objetivo es de impacto mediático más que de trabajo político orgánico o de bases. Si bien, los líderes del movimiento llamaron al voto y a la participación forma, sin duda que la bandera de DEMOCRACIA REAL enarbolada dos meses antes de unas elecciones resta intención de voto y voto a los partidos dueños del sistema. Los neoliberales del PP y los supuestos socialdemócratas del PSOE leen los resultados de las elecciones del pasado domingo 22 en clave bipartidista sin querer ver que los ganadores de las elecciones han sido los minoritarios, tanto Izquierda Unida como UPD como los nacionalistas. Evidencias que muestran que este movimiento, al margen de sus intenciones, ha hecho daño al bipartidismo en lo inmediato. Se trata ahora de ver como esas fuerzas políticas capitalizan este descontento que necesariamente acabará trasvasando votos de una fuerza a otra, a no ser que el romanticismo revolucionario queme las entrañas de la ciudadanía de aquí al final de la legislatura nacional.

Pero lo que destacaría como fundamental, es que la juventud se ha movilizado en masa y eso es un indicador claro de desgaste de los partidos mayoritarios. Su credibilidad de cara a las próximas elecciones esta en jaque y ahí tienen oportunidades muchos espectros políticos. La última movilización de esta magnitud se tuvo tras los atentados del 11M con el terrorismo como causa y la indignación ante la mentira gubernamental como motor. En este caso la indignación ha vuelto a salir a la calle pero la causa ha sido el cansancio de este mal llamado estado del bienestar hijo del neoliberalismo imperante en Europa. Es algo a destacar en primer lugar porque no es imposible jugar con el miedo frente a este movimiento y en España eso es un logro de los bueno. En segundo lugar porque el movimiento puede desembocar en la articulación de bases de izquierdas que se han volcado con DEMOCRACIA REAL YA. Desde los clásicos sindicatos anarquistas, hasta los nuevos núcleos políticos que enarbolan el decrecimiento como modelo a seguir.


¿Hasta dónde crees que llegue este movimiento? ¿Hasta dónde esperas que llegue?

A primera vista y después del nivel de incidencia logrado a nivel público el movimiento pretenderá mantenerse vivo a nivel orgánico y en vistas a que el año que viene hay elecciones al parlamento nacional sin duda que LOS INDIGNADOS tiene algo que decir. Uno de los nudos a deshacer que sin duda marcarán el futuro del movimiento es su demarcación ideológica. Un movimiento heterogéneo solo se puede mantener en las calles y en las calles no se puede estar toda la vida a no ser que revivan los fantasmas que atormentaban a Franco. Así pues muchos actores que han apoyado el movimiento comienzan a marcar agenda más allá de la bandera de DEMOCRACIA REAL, en ese proceso que poco tiene que ver con la masa movilizada, es donde se marcará el rumbo orgánico del movimiento. Las fuerzas políticas oponentes al movimiento y los no movilizados ya comienzan a presionar alegando que no dicen nada. El trabajo vendrá por una visibilización sistemática de la agenda que ya existe y la que se construirá. La red orgánica que resulte puede desembocar a medio plazo en fuerza política, electoral o no, y creo que así debe ser para que esto no se capitalice por fuerzas políticas ya existentes que nos han llevado a la situación actual.

A nivel personal, creo que el movimiento debe apuntar en dos caminos, en primer lugar a concretar los frentes de lucha y ahí la democracia económica creo que puede ser una bandera con argumentario fuertemente consensuado por las fuerzas de izquierda y por el otro lado debe centrarse en mantener vivo el movimiento social y ahí quizás puedan mirar hacia América Latina tanto para beber de sus experiencias últimas donde incluso se han cambiado gobiernos neoliberales como para impulsar un movimiento global que articule a fuerzas que realmente persigan la justica social.